Algunas reflexiones en torno a la Política Educativa

¿Es posible y necesaria una política educativa en el Perú? ¿Qué es la política educativa? ¿Cuáles son los criterios rectores que deben guiar a una política educativa? ¿Qué han ido proponiendo los presidentes en los últimos cuarenta años? Son algunas de las preguntas que busca responder este ensayo.




La política

En primer lugar es importante zanjar, o por lo menos explicitar los interrogantes aún no resueltos respecto al tema político.

La política para unos es “es el proceso y actividad, orientada ideológicamente, a la toma de decisiones de un grupo para la consecución de unos objetivos[1] para otros es simplemente el conjunto de “Orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado”[2]; también podemos entenderla como el juego de poderes, es decir la política de la política. En este caso el grupo o la entidad es el estado[3]. Dicha actividad tiende hacia un fin u objetivo. ¿Cuál es el fin de la acción política? Si seguimos a Aristóteles y Santo Tomás, junto con toda la tradición occidental podemos afirmar que el fin de la política es velar por el Bien Común. Esto es el bien de todos las personas que forman parte del estado. Y ¿Cuál es el bien de todos? El bien de la persona[4] es su pleno desarrollo, en todas sus dimensiones (biológica, psicológica y espitirual)[5]. Entonces la política será ella misma en la medida en que esté centrada en el pleno desarrollo (calidad) de todas las personas (equidad).

Curiosamente sin haber todavía entrado en el tema educativo es que podemos ver que cualquier ámbito de la política debería tener como centro a la persona humana actuando en función a ésta en todo momento.

La educación

Si asumimos la educación en sus dos acepciones “educere”, sacar de dentro y “educare” guiar, inducir de fuera. Podemos deducir que la política educativa tiene como fin el bien común educativo de todos sus ciudadanos, por medio de la generación de espacios públicos, institucionales o no, formales o no, para educir y al mismo tiempo educar, en la acepción latina del término, a sus ciudadanos buscando su pleno despliegue y desarrollo.

El derecho

En este momento es necesario hacer otra pregunta ¿Por qué hacerlo? ¿Por qué se debe de velar por el bien común, en este caso el bien común educativo?

Por que hay algo que se llama derecho, algo que se llama justicia, que dice que hay que dar a cada uno según le corresponde[6]. Pero por qué debe el hombre dar a hombre lo que le corresponde. En el caso educativo ¿porqué erradicar el analfabetismo? ¿Por qué se debe dar una educación de calidad los niños desfavorecidos?

Entonces ¿Por qué se le debe algo a alguien?[7] Nos remite al concepto de justicia, como dice Pieper[8], supone el derecho. Es decir, “si algo se le debe a un hombre como suyo, el hecho mismo de que tal se le deba no es en sí obra de la justicia”[9], sino que hay un principio más profundo que hace que alguien sea propietario o se le deba algo. ¿Por qué se le debe la educación a un niño? ¿Por qué él es propietario potencialmente de educación[10]? ¿Por qué tipo de acto alguien se hace propietario de algo? ¿Por qué el estado es deudor de la juventud e infancia? Porque como es creatura, no igual a las demás, sino porque es persona[11], ser espiritual poseedor de una dignidad infinita.

El derecho positivo o la explicación de razones sociales o económicas para fundamentar el porqué de la educación pública, a mi parecer, distan mucho de poder responder y saciar una pregunta profunda sobre el mismo. La tradición cristiana ofrece una respuesta sólida “por la creación empieza primeramente el ser creado a tener algo suyo[12] es decir, el acto creador es el que constituye a la persona sujeto de derechos, ya que “sino se da por supuesta la existencia anterior de un algo que le sea debido a alguien, de un suum, no puede darse deber de justicia alguno”, es así que no podemos hablar de ningún deber si no asumimos dicho supuesto.

Primera conclusión:

El derecho a la educación se fundamenta en la dignidad de las personas, entendidas como seres creados por Dios con una naturaleza trascendente. La justicia se encarga de velar porque se cumpla ese derecho a la educación y no se vulnerado, dado que es irrevocable[13].

El derecho a la educación y la equidad educativa

En los textos analizados sobre el derecho a la educación[14] se deja ver en algunos casos una ausencia de fundamentos para la política educativa.

En el caso de Katarina Tomasevski[15], sin desmerecer todo el esfuerzo, dedicación y entrega que le puso a la educación, por lo menos hasta donde he podido revisar, sus acentos estuvieron en la gratuidad de la enseñanza, el acceso y la no discriminación de las mujeres en educación. Hechos loables e importantísimos, pero que a mi parecer no sólo no agotan el tema del derecho a la educación sino que tocan sólo algunos aspectos.

Rescatemos algunos de sus aportes:

Es cierto que hoy en día se viene dando una exclusión de la educación por motivos económicos, ella como comenta, una inmensa cantidad de niños todavía siguen siendo excluidos del sistema educativo por no tener recursos económicos necesarios. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Hasta dónde dejar que el mercado regule los sistemas educativos? ¿Hasta dónde el estado debe ser el ente regulador? Si revisamos, en el caso peruano el periodo gubernativo de Fujimori, después del autogolpe de estado, se dio una radical orientación de la educación hacia el mercado, sin una clara regulación por parte del estado. Los frutos los podemos ver hoy en día en la proliferación y baja calidad de los servicios de educación básica y superior. Es por ello que podemos afirmar que permitió que se comentan atentados contra el derecho a la educación al caer en la ingenuidad de la premisa de que el mercado de por sí sólo engendra calidad. Podemos preguntarnos qué hubiese sucedido si su propuesta se hubiera aplicado radicalmente, puesto que su apuesta por la autonomía total de las escuelas no se llegó a concretar[16]. Es así que entre las iniciativas del gobierno se emitió el decreto legislativo 882, la Ley de Fomento a la Inversión Privada en la Educación, y generó toda una oleada de protestas por la supuesta o malentendida privatización de la educación pública. Podemos inferir de la lectura de los discursos presidenciales de Fujimori que el problema lo acompañó durante todo su gobierno, puesto que en cada discurso hace un espacio para desmentir dicho rumor.

La educación pública gratuita

Katarina hace una seria crítica a sistemas que todavía siguen permitiendo sistemas injustos excluyendo a muchos niños, un ejemplo de ello es el cobro en las escuelas públicas de la matrícula del año escolar, y si no lo hacen de esa manera se generan otras, muchas veces culpa no de la escuela, sino del estado que no distribuye los fondos suficientes para el mínimo funcionamiento de la escuela. El principio de la gratuidad de la enseñanza y de la matrícula muchas veces son consensuados internacionalmente en el papel, pero nunca aplicados.

Ahora, debemos preguntarnos ¿por qué la educación debe de ser gratuita? Es una pregunta que puede resultar una perogrullada, pero creo que es importante detenernos un momento a reflexionar sobre la misma. Habíamos al inicio dado un primer argumento acerca del porqué del derecho a la educación, y le dimos su razón de ser en el ser criaturas de Dios, lo que nos hace acreedores y deudores al mismo tiempo.

Ensayemos otras respuestas. Alguno puede decir que se imparte la educación pública gratuita porque el estado es el encargado de velar por el bien de todos los ciudadanos, el Bien Común. El bien de una persona es su pleno desarrollo. El primer ámbito de despliegue es la familia, pero por la absorción del trabajo, el enorme desarrollo y especialización de los saberes, la enorme tradición cultural e histórica por transmitir es que se opta por confiar dichas funciones a una institución llamada Escuela. Es decir es una opción por motivos de tipo práctico, ya que la familia es el primer ámbito de formación y educación.

Pero ¿Por qué gratuita?, preguntémonos primero ¿Qué significa gratuito[17]? Que no se paga, ¿por qué debemos pagar algunas cosas y otras no? es decir algunos bienes no son gratuitos[18], sin embargo, yo no pago para vivir, no pago para respirar. Primera conclusión: no se paga aquello a lo cual tengo derecho esencial, como vivir, respirar y educarme, los dos primeros físicos, biológicos, el último menos aprehensible. Por lo tanto: Si reconocemos que la educación es un derecho esencial del ser humano, debe, por ende, ser gratuita.

Para hacer más complejo el problema podemos preguntarnos ¿hasta cuándo debe de ser gratuita? ¿Cuál es el límite de este derecho esencial? ¿El límite está en las habilidades básicas (sumar, restar, leer, saber de la historia de mi país) o en habilidades más complejas que desarrollamos a lo largo de toda la vida? Dado que una característica del mundo de hoy es ser una “sociedad del conocimiento”, del life long learning (aprendizaje a lo largo y ancho de toda la vida), entonces la educación debiera ser gratuita hasta el fin de nuestros días[19].

Como podemos ver son temas que no tienen una respuesta uniforme, sino diversa dependiendo del contexto social, cultural, económico, del marco filosófico y antropológico que está detrás.

Otro tema tratado por Katarina es el de las adolescentes y niñas embarazadas. Es interesante ver cómo han sido todavía pocos los países que prohíben la exclusión de las niñas embarazadas (Bolivia, Camerún, Chile, Jamaica, Malawi y Saint Kitts y Nevis). A lo que yo añado una reflexión, la asistencia de la niña embarazada al colegio es la única opción para su no exclusión. No sería interesante generar experiencias semipresenciales, aprovechando el uso de las nuevas tecnologías o acompañamiento tutorial, en los países en que sea posible. Es decir, estoy de acuerdo con el no abandonarlas o peor aún expulsarla, pero cuestiono el qué tan formativo (formación integral) puede ser el tener compañeritas embarazadas todo el año en clase[20].

La equidad educativa

Unido al anterior está el tema de la equidad educativa. En torno al que debemos preguntarnos, si es posible una equidad educativa. ¿Es posible que la educación logre eliminar diferencias y barreras existentes en la sociedad desde siglos atrás?

Se piensa en la escuela como un espacio para que todos luego de tener una educación según sus necesidades, puedan tener acceso a las mismas opciones laborales, sociales y culturales que otros.

¿Es una utopía la escuela equitativa? ¿Quién tiene mayor poder de influencia: la escuela o la sociedad? ¿o se da un proceso de retroalimentación entre las mismas? Lo que permitiría mirar con ojos esperanzados el cambio social. Porque si sólo creemos que la escuela es la reproductora, fiel imagen de los problemas de la sociedad, su función simplemente sería la de perpetuar las desigualdades (como proponía el informe Coleman y marxistas como Althuser[21]).

Entonces una política educativa debe estar nutrida de un sano optimismo o digámoslo mejor de un optimismo dramático, que reconociendo las inequidades inexistentes, está convencida de las posibilidades de la escuela como forjadora de una nueva sociedad. Es decir la educación equitativa es posible. Ello implica un replanteamiento de las políticas así como han venido dándose, como bien lo comentan Lopez[22], De Ketele[23], Peña[24] y Labaree[25]. Por ejemplo si queremos que haya una educación verdaderamente equitativa implica aceptar ciertas desigualdades, que son necesarias para el logro de la primera. Es el caso del gasto por alumno que no se hace en función al contexto y necesidades locales y personales, sino simplemente de manera igualitaria. Lo que genera y viene generando gran cantidad de inequidades.

Llama la atención como es que en todos los discursos presidenciales revisados para la presente investigación, desde el año 1963, ninguna política buscaba apuntalar este tema, el de la equidad. Los últimos cincuenta años, hemos, como país, venido poniendo nuestros esfuerzos en el tema de la igualdad educativa, se ha buscado que todos tengan acceso a la educación, una mayor cobertura. Siguiendo a De Ketele se ha trabajado un tipo de equidad que es la equidad de acceso, más no la equidad de beneficios pedagógicos, ni la pedagógica, de producción y la más importante la eficacia, eficiencia y equidad de los productos de la escuela, es decir los resultados a largo plazo.

Por lo que podemos decir que el estado ha venido trabajado el derecho al acceso, el derecho a la disponibilidad, en papeles se ha ofrecido el derecho a la permanencia, favoreciendo la adaptación del sistema a los diversos contextos culturales, más no el derecho a la calidad, dado que no se ha dado la obligación de aceptabilidad.

Los discursos presidenciales en los últimos 50 años

Después de una revisión de los discursos presidenciales de los gobiernos de Belaúnde (1er gobierno), Velasco, Morales, Belaúnde, García, Fujimori, Toledo y García (2º gobierno). Llama la atención los siguientes aspectos:

Todos hablan de un cambio radical de la educación, ya sea propuesto como “revolución educativa”, “reforma educativa”, “modernización de la educación”, en todos los casos ofrecen la idea de que con su gobierno se dará el esperado cambio educativo, siempre comparando con lo mal que lo hizo el anterior gobierno.

La gran mayoría han estado centrados en un aumento del acceso a la educación. La ampliación de la cobertura ha sido un tópico común. Ya sea por medio de la mejora de la infraestructura (construcción de colegios, instalación de centros de cómputo) o básicamente en un aumento de sueldo a los docentes. Con algunas excepciones, en algunos momentos se buscó un mayor acento en el tema de la multiculturalidad, como es el caso de Toledo y Fujimori. Otro ejemplo es el de la Ley General de Educación del 1972 y de la del 2003, que estuvieron centradas en la búsqueda de la equidad educativa.

En el caso de Alan García en el 2006, por lo menos en cuanto discurso, hace una apuesta por la equidad en educación, es decir, plantea cambios que van justamente al meollo del asunto, elevar la calidad de la educación. El tema de la acreditación, la evaluación docente, es decir busca aplicar una política de costos concentrados y beneficios dispersos[26].

Conclusión.

La discusión sobre la dimensión moral de la política lleva a buscar el fundamento de la política misma, que se encuentra a su vez en el concepto justicia y derecho, éste halla su último fundamento el la condición de ser personas creadas por Dios. Luego de haber analizado el fundamento al derecho hemos podido penetrar en el amplio debate en torno a los tópicos del derecho a la educación y la equidad educativa.

Luego de repasar los discursos presidenciales podemos concluir que la política educativa peruana necesita aún de un amplio debate en torno al fundamento de la misma, una vez cimentada la dimensión moral de la política educativa se puede avanzar en torno a la discusión de la implementación de las políticas consensuadas. Esta discusión sobre la dimensión moral de la política brilla por su ausencia en nuestro contexto. Por lo que urge generar múltiples debates y discusiones para reflexionar como país, como sociedad sobre los temas planteados en el presente ensayo: el derecho a la educación, la naturaleza del derecho a la educación, el rol del estado en la educación, la educación pública gratuita y la equidad educativa.

Bibliografía

Pieper, Josef: Las Virtudes Fundamentales, Rialp, Madrid, 1990.

Corrales, Javier: Aspectos políticos de la implementación de las Reformas Educativas, Documento de trabajo Nº 14, PREAL.

Labaree, David: Public Good, Private Goods, American Educational Research Journal, Vol. 34, Nº 1, pp. 39-81.

Peña, Carlos: Igualdad educativa y sociedad democrática, en Políticas educativas y equidad. Reflexiones del Seminario Internacional, Santiago de Chile, Fundación Ford, UNICEF; UNESCO y Universidad Alberto Hurtado, 2004.

Lopez Néstor: Equidad educativa y desigualdad social, IIPE-UNESCO, Buenos Aires.

De Ketele, Jean- Marie: El fundamento de las políticas educativas. Una educación de calidad para todos, en Políticas educativas y equidad. Reflexiones del Seminario Internacional, Santiago de Chile, Fundación Ford, UNICEF; UNESCO y Universidad Alberto Hurtado, 2004.

Tomasevski Katarina: Los derechos económicos, sociales y culturales. El derecho a la educación. Consejo Económico y social ONU 2000

Toledo, Alejandro (2001), Discurso presidencial del 28 de julio, Biblioteca del Congreso.

Toledo, Alejandro (2002), Discurso presidencial del 28 de julio Biblioteca del Congreso.

Toledo, Alejandro (2003), Discurso presidencial del 28 de julio Biblioteca del Congreso.

Toledo, Alejandro (2004), Discurso presidencial del 28 de julio Biblioteca del Congreso.

Toledo, Alejandro (2005), Discurso presidencial del 28 de julio Biblioteca del Congreso.

Fujimori, Alberto (1999), Discurso presidencial del 28 de julio, Biblioteca del Congreso.

Fujimori, Alberto (1998), Discurso presidencial del 28 de julio, Biblioteca del Congreso.

Fujimori, Alberto (1998), Discurso presidencial del 28 de julio, Biblioteca del Congreso.

Fujimori, Alberto (1998), Discurso presidencial del 28 de julio, Biblioteca del Congreso.



[1] En http://es.wikipedia.org/wiki/Pol%C3%ADtica consultado el 4/05/2007.

[2] Diccionario de la Real Academia de la Lengua española, www.rae.es

[3] Lo que nos lleva a otro interrogante ¿Qué es el estado? ¿Cuál es la naturaleza o esencia del mismo? ¿Cuáles son sus fines? ¿Cuál es la relación entre el estado y el individuo? ¿Cuál es el límite o sana armonía entre el principio de subsidiaridad y el principio de solidaridad? En Derecho, el principio de subsidiariedad propone que el ente de menor jerarquía haga lo que puede hacer, en el caso de la descentralización, por lo menos teóricamente sigue este principio, los gobiernos subnacionales deben asumir aquellas funciones (compentencias) que son capaces de realizar (la transferencia de competencias). Y el principio de solidaridad que dice que el ente superior haga lo que no puede hace el ente menor, es el caso de la seguridad nacional, que no puede estar a cargo de entes locales, y habría que preguntarnos hasta donde la educación debe ser asumida por el gobierno nacional

[4] Como podemos ver la política o políticas necesariamente al estar centrada en la persona humana, o buscar dar respuesta a problemas humanos, necesidad tener una concepción del hombre, puesto que a partir de esta concepción de cuál es la esencia del ser humano, trazará el marco reflexivo sobre el que se moverá para después realizar la concreción en políticas concretas. Lo que quiero decir es que para hablar de política necesitamos hablar de antropología filosófica, como condición sine qua non para realizar una política coherente que busque verdaderamente el bien común.

[5] Como se puede ver en esta caso me guía un marco antropológico que reconoce la trascendencia de la persona humana, que se expresa en sus dimensiones moral, comunitaria, psicológica y biológica (como es posible ver en las enfermedades psico-somáticas).

[6] Pensamiento acuñado desde tiempos inmemoriales desarrollado por Platón, Aristóteles, Cicerón, Agustín y el Derecho romano.

[7] A alguno le podrá parecer exagerado el análisis, pero creo necesario que para construir una adecuada política educativa es necesario construirla sobre cimientos sólidos, esto es, ir al fundamento de la misma, a las razones y causas últimas capaces de explicar el actuar de ésta.

[8] Pieper, Josef: Las Virtudes Fundamentales, Rialp, Madrid, 1990.

[9] P. 89

[10] Si se le debe algo a alguien entramos en las categoría de deudor y acreedor.

[11] Que en su definición clásica es una “Substancia individual de naturaleza racional” (Boecio).

[12] Tomás de Aquino, Contra Gentili 2, 28; citado en Pieper, Josef, Op. Cit. p. 90.

[13]la nota de irrevocabilidad o inviolabilidad… quiere decir esto… que aquel que en lugar de dar a otro lo que a éste se debe lo retiene o lo roba, se vulnera y desfigura a sí propio: él es que pierde y el que en extrema instancia consuma su propia destrucción” Piper, Josef, Op. Cit. p. 92.

[15] Se puede consultar parte de su obra y pensamiento en http://www.tomasevski.net/ , y en la página de Derecho a la educación http://www.right-to-education.org/

[16] Llega a decir: “En este esquema es necesaria la participación organizada en la gestión y dirección de los centros educativos, de instituciones como las municipalidades, los grupos religiosos, las comunidades organizadas, las asociaciones de padres de familia, las asociaciones culturales y las asociaciones o grupos de profesores. sino que debe mover los resortes de la participación ciudadana, de la sociedad para que los recursos sean empleados de la manera más racional y efectiva. Esto va a ocurrir cuando las instituciones mencionadas puedan dirigir y administrar en forma autónoma, desde el punto de vista económico-financiero, un centro educativo dejando al Estado la normatividad. Esto quiere decir que el Estado da en cesión de uso un colegio estatal a estos grupos e instituciones, pero como los colegios privados se regirán por el contenido educativo que establece la normatividad del Ministerio de Educación.” (Alberto Fujimori, Discurso presidencial de 1993) Como se puede ver fue una propuesta bastante radical, que llegó a aplicarse parcialmente.

[17] La Real Academia dice “De balde o de gracia.”

[18] Aquí alguno podría decir que la educación pública, en verdad, no es gratuita, puesto que es pagada por nuestros impuestos, pero muchas personas no tienen hijos y también pagan estos impuestos, es decir, no es su intención pagar impuestos para que sus hijos reciban educación. Lo que nos lleva a otra reflexión y es ¿El porqué de los impuestos?

[19] Es interesante ver el caso de las políticas de diversos países en los que el estado ofrece a todos sus ciudadanos, de cualquier edad, espacios de profesionalización y actualización gratuitos.

[20] Otro tema interesante a discutir es el de la educación sexual, que en algunos lugares Katarina lo reduce a genitalidad, y usa el famoso eufemismo de “salud reproductiva” promovido por la OMS para no decir asesinato de niños no-nacidos o aborto. Contraponiendo además el derecho de los padres al de los hijos: ““El abismo que media entre la firme reivindicación del derecho de los escolares a recibir educación sexual y su denegación en nombre de los derechos de sus padres indica la gravedad de este problema” (p. 39), las cursivas son mías.

[21] Ser puede revisar el interesante análisis de Néstor Lopez titulado Equidad educativa y desigualdad social, IIPE-UNESCO, Buenos Aires.

[22] Ibidem.

[23] De Ketele, Jean- Marie: El fundamento de las políticas educativas. Una educación de calidad para todos, en Políticas educativas y equidad. Reflexiones del Seminario Internacional, Santiago de Chile, Fundación Ford, UNICEF; UNESCO y Universidad Alberto Hurtado, 2004.

[24] Peña, Carlos: Igualdad educativa y sociedad democrática, en Políticas educativas y equidad. Reflexiones del Seminario Internacional, Santiago de Chile, Fundación Ford, UNICEF; UNESCO y Universidad Alberto Hurtado, 2004.

[25] Labaree, David: Public Good, Private Goods, American Educational Research Journal, Vol. 34, Nº 1, pp. 39-81.

[26] Ver Corrales, Javier: Aspectos políticos de la implementación de las Reformas Educativas, Documento de trabajo Nº 14, PREAL.









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